
rizada cinta de blanca espuma,
rumor sonoro,
de arpa de oro,
beso del aura, onda de luz,
eso eres tú.
Tú, sombra aérea, que cuantas veces
voy a tocarte te desvaneces
como la llama, como el sonido,
como la niebla, como el gemido
del lago azul.
En mar sin playas onda sonante;
en el vacío, cometa errante,

largo lamento
del ronco viento,
ansia perpetua de algo mejor,
eso soy yo.
¡Yo, que a tus ojos, en mi agonía,
los ojos vuelvo de noche y día;
yo, que incansable corro y demente
tras una sombra, tras la hija ardiente
de una visión!
GUSTAVO A. BÉCQUER
Rima XV
En Gustavo A. Bécquer para niños.
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