2 jun 2008

¿Prepara la escuela para el pasado?

Me ha parecido una idea provocadora inaugurar el blog destacando la entrevista del diario El País a Spencer Kagan, con su muy rotunda aunque no menos contrastada afirmación de que la "escuela prepara para el pasado", en lugar de hacerlo para el tiempo que nos ha tocado vivir y extraer, con la mayor sabiduría de la que seamos capaces, lecturas que ayuden a las siguientes generaciones a orientarse en ese futuro incierto, desde la perspectiva actual, que constituirá su mundo adulto.

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ENTREVISTA: SPENCER KAGAN Experto en aprendizaje cooperativo

"Los colegios preparan a los alumnos para el pasado"

IGNACIO ZAFRA - Valencia - 02/06/2008

Spencer Kagan (Los Ángeles, 1944) es uno de los gurús del aprendizaje cooperativo, una propuesta pedagógica que pretende dar la vuelta a la forma de dar clases situando la participación de los alumnos y su interrelación en el aula en el centro del sistema. Un método, afirma, que se ajusta mejor a lo que los chavales encontrarán en el mundo laboral . Diplomado en Ciencias Políticas y master en Psicología Clínica, es, además, el fundador de Kagan Publishing and Professional Development, empresa editora de material didáctico que "entrena" a decenas de miles de profesores.
P. La base de su método gira en torno a una serie de estructuras. ¿En qué consisten?
R. La estructura es la forma en que se organiza, paso a paso, la interacción de los alumnos entre ellos, con su currículo y con el profesor. Hemos creado más de 200, y su gran fuerza reside en que su contenido es libre. El profesor pued
e adaptarlas a la materia que sea, matemáticas o historia.
P. ¿Qué ventajas tiene respecto a la tradicional?
R. Hoy las clases se desarrollan con un profesor que da una lección mientras toda el aula escucha en silencio. Lo cual, aparte de aburrido, desaprovecha las habilidades y modos de inteligencia de cada uno. Un tipo de estructura muy básica, y también extendida, es la del profesor que plantea una pregunta y pide que levanten la mano quienes la sepan contestar. Pero es una estructura muy poco participativa, porque de ese modo sólo responderá un alumno o, si se equivoca, puede que dos.
P. ¿Y con su método?
R. Tomemos una de nuestras estructuras sencillas. El aula se organiza en grupos de cuatro alumnos, y se pide
que todos los equipos encuentren la solución a un problema. Se les pide también que todos sus integrantes sepan explicarlo, porque después se elegirá a uno de ellos para que exponga la respuesta. Hablarán, discutirán, y se enseñarán entre ellos. Y si se han atendido una serie de aspectos (cuántas personas hay en cada grupo, qué alumnos lo componen, cómo se reparten el trabajo), el resultado será que todos habrán participado.
P. ¿No teme que el auge del aprendizaje cooperativo sea una moda pedagógica pasajera?
R. En absoluto. Nosotros entrenamos a decenas de miles de profesores al año. Y muy a menudo, nos preguntan
por qué no aprendieron esto en la universidad. La respuesta es que la universidad está muy atrasada: sus profesores están enseñando en la forma en que aprendieron a hacerlo; están enseñando para otra época. Necesitamos profesores que formen a los estudiantes para un futuro en el que la gran mayoría trabajará en equipo, en entornos cada vez más interactivos, y con la necesidad de actualizar continuamente conocimientos. Tenemos estudios que señalan que los alumnos se lo pasan mejor en nuestras clases que en las tradicionales. Y eso es importante si queremos personas que aprendan durante toda la vida. Si no, dejarán de hacerlo en cuanto acaben el colegio.
P. Hay quien opina que su método sólo puede tener éxito en grupos pequeños.
R. En estos momentos estamos entrenando a todos los profesores de Holanda, a todos los profesores de Singapur, y vamos a empezar un vasto proyecto a lo largo de toda Australia. Así que creo que sí se puede aplicar a escala de un país.

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