El 12 de marzo, dentro del programa de actos para celebrar el 150 aniversario de la creación del Estado Italiano, en el teatro de la Opera de Roma, se representa Nabbuco, la célebre obra de Giuseppe Verdi y la que de forma más emblemática representa la unificación de Italia, dirigida por Ricardo Muti. Preside el acto Silvio Berlusconi.
El Nabbuco de Verdi es una ópera con un profundo sentido político: evoca la historia de la esclavitud de los judíos de Babilonia. El epicentro de las emociones en esta obra se ubica en la canción "va pensiero" del coro de los esclavos oprimidos, considerándose el símbolo de la búsqueda de la libertad de las personas en la Italia de la época (1840), oprimida por el imperio de los Habsburgo y que luchó hasta la creación de la Italia unificada.
Antes de la representación, el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, denunció los recortes del gobierno en el presupuesto de cultura; a pesar de ser miembro del partido gobernante y ex-ministro de Berlusconi. Una intervención política en uno de los momento culturales más emblemáticos de Italia y delante del presidente de la República.
En declaraciones al diario "The Times ", el director de la ópera, Ricardo Muti, dice que fue una verdadera fiesta de la revolución: al principio hubo una gran ovación del público. luego empezamos la ópera. Va muy bien, pero cuando llegamos a la famosa canción `Va Pensiero´, enseguida sentí que el ambiente entre la audiencia se volvió tenso. Hay cosas que no se pueden describir, pero que tú las sientes. Anteriormente, el silencio había prevalecido entre el público. Pero cuando la gente se dio cuenta de que "Va Pensiero" iba a comenzar, el silencio se llenó de fervor real. Se podía sentir la reacción visceral del público a los lamentos de los esclavos cantando `¡Oh mi país, tan hermoso y perdido!´
Mientras el coro iba llegando a su fin, algunos entre el público pedían un Bis y había gritos de viva Italia y viva Verdi. La gente de las plateas y palcos lanzaba papeles con mensajes patrióticos, algunos proponiendo Muti, senador vitalicio.
Aunque ya lo había hecho otra vez en La Scala de Milán en 1986, Muti era renuente a otorgar el Bis de "Va Pensiero". Para él una ópera no debe interrumpirse, ha de ser un continuo desde el principio hasta el final. Pero se había despertado en el público el sentido del patriotismo. En un gesto teatral, el director se giró en su estrado, frente al público y Berlusconi, esto es lo que sucedió:
Tras la petición de un "bis" de "Va Pensiero" se mantendrá en silencio, se oía entre el público "¡Viva Italia!".
Muti: Sí, estoy de acuerdo con eso, "Viva Italia", pero...
[Aplausos]
Muti: Tengo más de 30 años y he vivido mi vida como un italiano que ha recorrido mucho el mundo, me averguenzo de lo que está sucediendo en mi país. Así que aceptaré su petición de "bis" y cantaremos "Va Pensiero" de nuevo. No sólo por la alegría patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigí al coro cantando "Oh mi país, hermoso y perdido", pensé que si seguimos así vamos a aniquilar la cultura en la que se fundamenta la historia de Italia. En este caso, nosotros, nuestro país, sería realmente "hermoso y perdido".
[Aplausos, incluyendo a los artistas en el escenario]
Muti: Como una regla aquí del "clima italiano", yo, Muti, me mantuve en silencio durante muchos años. Permitanme ahora... debemos dar un sentido a esta canción, ya que estamos en nuestra casa, en el teatro de la ópera de la capital, y con un coro que canta muy bien, y se acompaña muy bien, si no os importa, os invito a uniros a él y que cantemos juntos.
A continuación, invitó al público a cantar con el coro de los esclavos. He visto a gurpos de personas en pié. Todos los de la ópera de Roma se levantaron y también lo hizo el coro. Fue un momento mágico en la ópera.
Esa noche no era sólo una representación de Nabucco, sino también una declaración del teatro de la capital dirigida a los políticos.