Nunca está de más, ante el ruido mediático en torno a las titulaciones en general, y sobre las vinculadas a la formación de los docentes en particular o ante la crítica permanente y la presión a la que se somete al profesorado en las etapas de la educación obligatoria, refutar una vez más el imperecedero argumento de que el nivel educativo no hace otra cosa que bajar en los último tiempos... que ha sido reiterado desde posiciones conservadoras y elitistas en cada época mostrando, por cierto, memoria de pez en este y en tantos asuntos de lo público.
En palabras de los autores: "¡Es preciso suponer la existencia de un auténtico ensañamiento contra la juventud para sostener con ese aplomo intemporal que la mejora patente de todas las ciencias y de todas las técnicas haya sido obra de hombres y mujeres cada vez más débiles que sus antepasados! Entre las esquirlas de sílex, el genio del hombre se mostraba en su apogeo; a través de la informática, la relatividad general, la musicología barroca o la aeronáutica, sólo se expresan subhombres envilecidos por el multisecular descenso del nivel. Aquí reside, en efecto, el segundo aspecto de la paradoja: el discurso intemporal sobre el descenso del nivel permanece sordo y ciego a las evidencia que desmienten cada día su propio fundamento... En este universo en expansión permanente, sólo la inteligencia de los hombres se vería inexorablemente arrastrada cuesta abajo... Parodiando a Sófocles, son cada vez más numerosas las maravillas de nuestro mundo; una sóla excepción, el hombre."
